Cuando muere la mascota

Maternidad, situaciones
Ayer celebramos el cumple de Emma y le regalaron un pececillo que nos duro menos de una tarde. Qué podemos hacer cuando la mascota de nuestro hijo pasa a mejor vida, yo me preocupé un montón, me aterraba que se despertara antes de que hubiera podido cambiar el pez por otro. Con lo sensible que es lo iva a pasar fatal. Cierto que lo tenía desde hacia poco, pero era una situación nueva y no sabía cómo se lo iba a tomar. Esta es otra historia de preocupación materna, esperamos que no reaccionen como tememos, pero tememos que su reacción sea todo lo contrario ¿Os parece una incongruencia? lo es, pero la maternidad a veces tiene estas cosas.

Nunca me han gustado los peces, son demasiado complicados, pero a Emma le encantan, qué le voy a hacer.
Ayer celebrábamos el cumple de Emma y le trajeron una pecera redonda con un goldfish dentro. El goldfish es precioso, muy bonito pero...anoche se quedo muy quieto y así sigue ahora. Creo que está muerto, tieso del todo. Intenté mover la pecera suavemente para ver si flotaba patas arriba pero me dio miedo que lo hiciera y que no pudiera negar lo evidente antes de reponerlo y hasta las 10 no abren el veterinario de abajo de casa. Debería haber ido ayer, en cuanto abrimos los regalos y vimos al pez, a devolverlo....jajaja.
Nos lo trajo en una pecera redonda y por lo visto es mejor cambiarlos a una cuadrada porque las redondas no tienen filtro para agua, lo empaquetó en un papel metalizado a las 3 de la tarde, porque después no tendría tiempo, y a las 7 (cuando me enteré de que era un pez lo del paquete redondo) lo abrimos un poco por arriba por si no tenía aire suficiente...
Pero dio igual, hoy por la mañana sigue tan quieto como anoche, y la veterinaria, para dar el cambiazo, no abre hasta las 10h y como se levante pronto mis "buenos días cariño, tu pez está frito" probablemente la dejen huella de por vida.
Ella ayer se acostó tarde, muy tarde. Sabe que voy a ir a por agua que no nos queda nada, y mamá sin café (aunque sea soluble) no vive (fíjate, como el pez!!! probaré a ponerle café...)
Quizá tenga suerte y me de tiempo a volver con pez nuevo y todo....
Pobrecita mía primera mascota que tiene y le dura horas, que no se despierte pronto, que cuele que el bicho duerme con los ojos abiertos como lechuza y que no me llore por su pez muerto, con lo sentida que es ella.
Que pena de pez, salir de la veterinaria para morir así...vete tu a saber porque está tieso, he estado mirando en Internet y por lo visto el agua del grifo con cloro, y otras cosas desinfectantes, no es buena para ellos. Sus propias heces descompuestas le perjudican y mucho (a mi también, debo tener algo de pez), comer demasiado y no saber parar de comer es una combinación letal (a mi también me duele la tripa si lo hago), los movimientos bruscos tampoco les resultan agradables (como a nosotros)...La verdad es que la única diferencia que veo entre el pececillo y el hombre es que lo que a nosotros nos da dolores a ellos los mata.
Supongo que el agua en la que venia era agua adecuada, y que el cambio de una pecera grande a la pequeña se hiciera bien, esas son cosas importantes y no se quién ni cómo se hicieron.
Otro problema que estoy pensando ahora es que la veterinaria de abajo no tenga peces como este, o que sencillamente no venda peces.
Creo que si montara un "Pez expres" me forraría. A muchos papas les ha pasado algo así, que el pez del niño se muera es algo muy común, todos los papas queremos evitar les el disgusto y pagaríamos por pedir un pez a domicilio a la hora que fuera y del tipo que fuera.
Negocio redondo...mejor cuadrado y con filtro. Y ademas entregar un libro de instrucciones o manual de uso del pez en cuestión.

Fuera de bromas, me da la impresión que voy a tener que darla la mala noticia a la peque de la casa si la veterinaria no puede cambiarme al pobre animal...y me está resultando algo espantoso. No quiero fastidiarla el despertar.


Bueno, un día después del pez tieso como la mojama puedo deciros que a veces nos preocupamos por tonterías...
Los padres nunca estamos contentos con nada, nos preocupamos porque tenemos que darles un disgusto y no queremos y cuando resulta que el disgusto no lo fue nos preocupamos porque es poco emotivo.
Veréis, yo no quería tener que decirla que su pececito estaba muerto, me daba lástima del pez que solo duró unas horas fuera de la tienda (aun no se porqué solo duró eso) pero mas lástima me daba tener que verla llorar y llorar como una Magdalena sin saber qué decirla.
La veterinaria de abajo de casa era solo veterinaria, no vendía bichos y menos peces.
Así que no pude cambiar el muerto por el vivo y santas pascuas...pero mejor así.
La verdad es que, pensándolo bien, no me parece buena idea hacer eso así. A los niños hay que darles a conocer las dos caras, sin edulcorantes. Hay una discusión sobre este tema hablando de los cuentos tradicionales (Andersen, Grimm, Perrault, Dickens...), los originales son tan crueles a veces que al reeditarlos se cambian un poco. ¿Habéis leído el de las zapatillas rojas? el original acaba con que la niña al no poder dejar de bailar para sentarse y quitárselos es tomada por loca y expulsada de todos lados para acabar encontrando al verdugo en el bosque quien la ayuda cortándola los pies y vive así en muletas hasta que un ángel se la lleva al cielo después de arrepentirse de corazón de su vanidad. Muere joven y sufre mutilación.
¡¡¡Qué niño no está deseando oír un final tan aleccionador!!!
Pues, aunque ni tanto ni tan calvo, hay que permitirles conocer la verdad. Ellos son capaces de soportarlo mejor de lo que creemos, probablemente lloren y no poco pero con amor y calma irán aceptando la pena y llegaran a superarlo. Ser padres es prepararles para el futuro y aceptar el dolor entra en esta tarea.
Lo gracioso es que a veces no es lo que nosotros esperábamos, llantos desconsolados, si no que mas bien indiferencia o comprensión. Eso le paso a Emma ayer, al decirla que su pececito había muerto, con claridad y simpleza, ella reaccionó demasiado bien para mi gusto.

-"Vale, ¿desayunamos con la tele?"- Pensé que no lo había entendido y lo repetí y ella dijo lo mismo,

-"si ya te he oído la primera vez...¿desayunamos con la tele?"- y volví a repetírselo pensando que no lo había asimilado y obtuve un

-"mamá, te repites como las judías...jajaja"- se levantó y fue a desayunar con la tele.

-"quiero verlo"- dijo al llegar a la sala, la llevé a la cocina y le hecho una ojeada

-"pobre pez, tendría poca comida o el agua mala" dijo sentenciando mis dudas, lo había entendido perfectamente pero yo no podía creer que ni se hubiera entristecido lo mas mínimo. La pena va por dentro y cada uno la sobrelleva como puede pero eso me pareció preocupante...y ahí está la mamá preocupándose por lo contrario que se había preocupado antes.
Al principio me preocupé por si lloraba pero al no darla pena ninguna me preocupé porque no había llorado...¿incongruencias del ser humano o solo de las mamás?

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